El Convenio de Estocolmo

El Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP) es un tratado mundial para proteger la salud humana y el medioambiente de las sustancias químicas que permanecen intactas en el medioambiente durante largos periodos de tiempo. La exposición a los COP puede provocar graves efectos sobre la salud, como ciertos tipos de cáncer, defectos congénitos, disfunciones en los sistemas inmunológicos y reproductivos, una mayor susceptibilidad a las enfermedades y daños en el sistema nervioso central y periférico. Estos contaminantes tienen una distribución geográfica amplia, pueden acumularse en el tejido graso de los seres humanos y de la fauna silvestre y tener efectos nocivos sobre la salud humana y el medioambiente.

El reto de hacer frente a los COP va más allá de la labor de un solo gobierno. En respuesta a esta amenaza global, la Conferencia de Plenipotenciarios adoptó el Convenio de Estocolmo el 22 de mayo de 2001 en Estocolmo (Suecia). El convenio entró en vigor el 17 de mayo de 2004. El Convenio de Estocolmo exige a las partes contratantes que tomen medidas para eliminar o reducir la emisión de COP en el medioambiente. En diciembre de 2021, se adhirieron al convenio 185 partes (184 estados y la Unión Europea).

El Convenio de Estocolmo requiere que sus Partes Contratantes tomen medidas para eliminar o reducir la liberación de COP en el medio ambiente. A diciembre de 2021, hay 185 partes en la Convención (184 estados y la Unión Europea).

¿Qué son los COP?

Los contaminantes orgánicos persistentes (COP) son las sustancias químicas orgánicas incluidas en el Convenio de Estocolmo. Poseen una combinación particular de propiedades físicas y químicas que, una vez liberadas en el medioambiente:

  • permanecen intactas durante periodos de tiempo excepcionalmente largos;
  • se distribuyen ampliamente por el medioambiente como resultado de procesos naturales en el suelo, el agua y, sobre todo, en el aire;
  • se acumulan en los organismos vivos, incluidos los humanos, y se encuentran en concentraciones más elevadas en los niveles más altos de la cadena alimentaria;
  • son tóxicos tanto para los seres humanos como para la fauna silvestre.

Debido a la actividad humana, ha habido un aumento en la liberación de COP al medioambiente durante las últimas décadas. Actualmente, los COP están ampliamente distribuidos en grandes regiones (incluso aquellas en las que nunca se han utilizado) y, en algunos casos, están presentes en todo el mundo. La naturaleza omnipresente de estos contaminantes ha dado lugar a una exposición sostenida de muchas especies, también de los seres humanos, durante periodos de tiempo que abarcan generaciones, lo que provoca efectos tóxicos agudos y crónicos.

Los COP se concentran en los organismos vivos mediante un proceso llamado bioacumulación. Los peces, las aves depredadoras, los mamíferos y los seres humanos se encuentran en lo alto de la cadena trófica, por lo que absorben concentraciones superiores. Los COP se pueden encontrar en personas y animales que viven en regiones como el Ártico, a miles de kilómetros de cualquier fuente importante.

En los seres humanos, entre los efectos específicos de los COP se incluyen el cáncer, las alergias y la hipersensibilidad, daños en el sistema nervioso central y periférico, trastornos reproductivos y alteraciones del sistema inmunitario. Algunos COP también se consideran disruptores endocrinos que, al alterar el sistema hormonal, pueden dañar los sistemas reproductor e inmunitario de las personas expuestas y de su descendencia.

Todos los COP incluidos en el Convenio de Estocolmo

Los productos químicos objeto del Convenio de Estocolmo se enumeran en diferentes anexos:

  • Anexo A (Eliminación). Las partes deben adoptar las medidas necesarias para eliminar la producción y el uso de las sustancias químicas enumeradas en el anexo A.
  • Anexo B (Restricción). Las partes deben adoptar las medidas necesarias para restringir la producción y el uso de las sustancias químicas incluidas en el anexo B, de acuerdo con las finalidades aplicables o las exenciones específicas enumeradas en el anexo.
  • Anexo C (Producción no intencional). Las partes adoptarán las medidas necesarias para reducir la liberación no intencionada de las sustancias químicas enumeradas en el anexo C con el objetivo de continuar minimizándolas y, cuando sea posible, eliminarlas definitivamente.

Inicialmente, se han reconocido 12 COP, que se pueden clasificar en tres categorías:

  • Plaguicidas: aldrina, clordano, DDT, dieldrina, endrina, heptacloro, hexaclorobenceno, mirex, toxafeno.
  • Productos químicos industriales: hexaclorobenceno, bifenilos policlorados (BPC).
  • Subproductos: hexaclorobenceno, dibenzoparadioxinas y dibenzofuranos policlorados (PCDD/PCDF) y BPC.

Rápidamente, la Conferencia de las Partes del Convenio de Estocolmo hizo enmiendas para ampliar la lista añadiendo «nuevos COP». Ahora existen 16 nuevos productos químicos, por ejemplo: dicofol, PFOA, PFOS, DecaBDE, SCCP y HCBD. También existen sustancias químicas que está revisando el Comité de Revisión de los COP, tales como el PFHxS, Dechlorane Plus y metoxicloro y las exenciones relacionadas.

MedWaves y el Convenio de Estocolmo

MedWaves se dedica a apoyar a todas las partes contratantes para que cumplan sus obligaciones en virtud del Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP). El centro regional ha facilitado el desarrollo de capacidades y la transferencia de tecnología desde que fue designado Centro Regional del Convenio de Estocolmo en 2009.

Los COP se identifican en el Protocolo para la protección del mar Mediterráneo contra la contaminación de origen terrestre de PNUMA/PAM (Protocolo COT) como sustancias prioritarias en el desarrollo y aplicación de programas nacionales de lucha contra la contaminación. Desde entonces, MedWaves ha dado prioridad al tratamiento de los COP en numerosas actividades de los países en desarrollo y con economías de transición del Mediterráneo.

El centro empezó a trabajar en la reducción de la generación de productos químicos peligrosos y su uso mediante las mejores técnicas disponibles (MTD) y las mejores prácticas ambientales (MPA), y desde entonces ha evolucionado y ampliado su labor a otras sustancias químicas tóxicas, como los metales pesados y el mercurio. MedWaves dispone de un equipo multidisciplinar pionero en la aplicación de la estrategia de prevención, eliminación progresiva y sustitución de nuevos COP, que se centra fundamentalmente en los problemas que plantean los aditivos químicos para la economía circular de los plásticos.

Se ha promovido la reutilización y reciclaje de plásticos siguiendo los principios de la economía circular para hacer frente a la contaminación marina por plásticos. Sin embargo, teniendo en cuenta el amplio abanico de productos químicos tóxicos que amenazan la salud humana y ecológica y que se utilizan como aditivos en plásticos, solo un pequeño porcentaje de residuos plásticos se puede reciclar de forma efectiva en un «ciclo cerrado». Además, debido a la complejidad de la cadena de suministro del plástico, los fabricantes y las instalaciones de gestión de residuos tienen a menudo una visibilidad limitada de los productos químicos presentes en los productos plásticos. MedWaves prevé un futuro con mayor transparencia e información de la cadena de suministro, que conducirá a la mejora del reciclaje y a un mercado de plásticos reciclados y seguros.